—La esperanza no es algo que te llegue como el periódico por las mañanas; es algo que vas forjando a cada momento con actitudes, acciones...
Pero cuando te sientes vacío es imposible encontrarla, se te escabulle de las manos como el mercurio de los collares que traes colgados en el cuello.
Son varias las veces que me digo "ahora sí va a venir, es cuestión de que las cosas se den", pero me topo con la misma pared una y otra vez.
Resultado: la esperanza se vuelve cada vez más escurridiza, es agua que cae en un pozo sin fondo.
Por eso te ruego que busques por mí esa luz que me falta, la que representa todo lo que quiero.
—Ese, hijo mío, es tu trabajo.
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