domingo, 17 de mayo de 2009

La dama de azul

Lazos de tela en su vestido, algo inusual en ella.
El lugar está atiborrado de gente, y ella está ausente, con los lazos de su vestido escurriéndose en el suelo, como el largo de la cola de novia que nunca llevará puesto.
Y extraños se acercan, y observan la belleza que no posee, pero descubren la magia que la rodea, el estrecho espacio entre la nostalgia y el ser patético.

Tres copas después la magia se pierde, y los lazos azules caen y con ellos el resto de la vergüenza.

Nuestra dama de azul se convierte en otra más del montón.

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