Sin embargo, ésto mismo genera que todo lo que pase alrededor de estos días se potencialice, todas esas cosas que pareciera que no deberían importar tanto como el desempeño de los atleteas, se convierte en encabezado de noticia.
Lo digo, porque justo el ocho de agosto, a las ocho de la mañana tiempo de México, en el momento en el que se transmitía el desfile de naciones en la ceremovia de inauguración en el Nido de Pájaro, se daba a conocer la noticia de que Georgia (la antigua república soviética) y Rusia se peleaban a cañonazos en una región separatista llamada Osetia.
¿Dónde quedó entonces el espíritu olímpico? Lo impresionante es que todas estas acciones se tomaron mientras Vladimir Putin, presidente de Rusia, se encontraba cómodamente sentado en su palco observando a sus atletas en la pista del Estadio Olímpico de Beijing.
Así es la vida. Parece que todo es una gran ironía de las circunstancias, aunque no ha sido todo. Los manifestantes Pro Tibet ya empezaron a hacer sus actividades días antes de los Juegos, aunque siempre dentro del marco del pacifismo que practican.
Esperemos que el resto de los Juegos no se vean empañados de más hechos sangrientos, sin importar la distancia en la que se encuentren.
Fe de erratas: Un sujeto atacó al entrenador de volibol de Estados Unidos el día de ayer. La vida se encarga de callarme la boca.
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